El
talento se ha convertido en una de las ventajas competitivas más relevantes
para las organizaciones. En un entorno marcado por la transformación digital,
la globalización y el nearshoring, la planeación del talento es un factor
estratégico para garantizar la sostenibilidad de los negocios.
Hoy
las empresas enfrentan múltiples desafíos: desde adaptarse a la velocidad de
los cambios tecnológicos y a las expectativas de nuevas generaciones, hasta
asegurar que cuentan con líderes preparados y con las competencias necesarias
para responder a la demanda del mercado. Cuando la planeación del talento no
está alineada con la estrategia organizacional, aumentan los riesgos de
rotación, se pierde conocimiento crítico y se elevan los costos de reemplazo,
lo que limita la capacidad de respuesta ante el entorno.
Planear
el talento significa mirar más allá de la contratación inmediata. Implica
anticipar qué habilidades y perfiles serán críticos en los próximos años,
diseñar estrategias de sucesión y fortalecer la capacidad de adaptación. El 87%
de las organizaciones a nivel global reconoce que ya enfrenta una brecha de
habilidades o la tendrá en los próximos años (McKinsey Global Survey on Future
of Work). Una organización que conecta la planeación del talento con su
estrategia de negocio no solo asegura continuidad operativa, sino que también
construye confianza hacia el futuro.
En
este sentido, la planeación se convierte en una brújula. Permite identificar
las capacidades actuales, proyectar las que serán necesarias y definir rutas de
desarrollo que preparen a las personas para asumir nuevos retos. No basta con
cubrir vacantes: la clave está en desarrollar líderes auténticos, capaces de
inspirar y sostener culturas sólidas.
En
Nuevo León ya se ven ejemplos claros del valor de planear el talento. Los
planes de sucesión garantizan continuidad en posiciones críticas y preparan a
los líderes emergentes con acompañamiento estructurado. De acuerdo con Gartner,
las organizaciones con planes de sucesión formales reducen hasta en un 50% el
tiempo necesario para cubrir vacantes críticas. Esto demuestra que la
planeación del talento no es un gasto, sino una inversión que acelera
resultados y fortalece la competitividad de la región.
Los
beneficios también se ven a nivel global. El Future of Jobs Report 2025 del
Foro Económico Mundial revela que solo el 29% de las empresas espera que la
disponibilidad de talento mejore en los próximos cinco años. En otras palabras,
la mayoría de las organizaciones asume que la competencia por atraer
profesionales seguirá siendo intensa. En este contexto, una planeación del
talento clara y estructurada marca la diferencia entre reaccionar o anticiparse
al entorno, y al mismo tiempo fortalece la retención de colaboradores clave,
quienes aportan estabilidad, continuidad y confianza a la organización.
Toda
estrategia empresarial necesita líderes listos para ejecutarla. La planeación
del talento y la sucesión aseguran que esos líderes estén identificados,
desarrollados y preparados para asumir responsabilidades críticas cuando llegue
el momento. Es ahí donde las organizaciones convierten la incertidumbre en
oportunidad y transforman la planeación en resultados sostenibles.
Planear el talento es asegurar que la visión de hoy tenga continuidad mañana. Es dar certeza a las organizaciones, confianza a las personas y rumbo al futuro.
Mariana
Patricia Cavazos Avalos:
La autora es Ingeniera Industrial y de Sistemas con especialización en
Desarrollo de Talento y Liderazgo Organizacional. Actualmente se desempeña como
Gerente de Talento y Cultura en Xignux y es asociada e integrante del comité
organizador del Foro ERIAC. contacto@eriac.com.mx