26 Septiembre, 2025

El talento se ha convertido en una de las ventajas competitivas más relevantes para las organizaciones. En un entorno marcado por la transformación digital, la globalización y el nearshoring, la planeación del talento es un factor estratégico para garantizar la sostenibilidad de los negocios.

Hoy las empresas enfrentan múltiples desafíos: desde adaptarse a la velocidad de los cambios tecnológicos y a las expectativas de nuevas generaciones, hasta asegurar que cuentan con líderes preparados y con las competencias necesarias para responder a la demanda del mercado. Cuando la planeación del talento no está alineada con la estrategia organizacional, aumentan los riesgos de rotación, se pierde conocimiento crítico y se elevan los costos de reemplazo, lo que limita la capacidad de respuesta ante el entorno.

Planear el talento significa mirar más allá de la contratación inmediata. Implica anticipar qué habilidades y perfiles serán críticos en los próximos años, diseñar estrategias de sucesión y fortalecer la capacidad de adaptación. El 87% de las organizaciones a nivel global reconoce que ya enfrenta una brecha de habilidades o la tendrá en los próximos años (McKinsey Global Survey on Future of Work). Una organización que conecta la planeación del talento con su estrategia de negocio no solo asegura continuidad operativa, sino que también construye confianza hacia el futuro.

En este sentido, la planeación se convierte en una brújula. Permite identificar las capacidades actuales, proyectar las que serán necesarias y definir rutas de desarrollo que preparen a las personas para asumir nuevos retos. No basta con cubrir vacantes: la clave está en desarrollar líderes auténticos, capaces de inspirar y sostener culturas sólidas.

En Nuevo León ya se ven ejemplos claros del valor de planear el talento. Los planes de sucesión garantizan continuidad en posiciones críticas y preparan a los líderes emergentes con acompañamiento estructurado. De acuerdo con Gartner, las organizaciones con planes de sucesión formales reducen hasta en un 50% el tiempo necesario para cubrir vacantes críticas. Esto demuestra que la planeación del talento no es un gasto, sino una inversión que acelera resultados y fortalece la competitividad de la región.

Los beneficios también se ven a nivel global. El Future of Jobs Report 2025 del Foro Económico Mundial revela que solo el 29% de las empresas espera que la disponibilidad de talento mejore en los próximos cinco años. En otras palabras, la mayoría de las organizaciones asume que la competencia por atraer profesionales seguirá siendo intensa. En este contexto, una planeación del talento clara y estructurada marca la diferencia entre reaccionar o anticiparse al entorno, y al mismo tiempo fortalece la retención de colaboradores clave, quienes aportan estabilidad, continuidad y confianza a la organización.

Toda estrategia empresarial necesita líderes listos para ejecutarla. La planeación del talento y la sucesión aseguran que esos líderes estén identificados, desarrollados y preparados para asumir responsabilidades críticas cuando llegue el momento. Es ahí donde las organizaciones convierten la incertidumbre en oportunidad y transforman la planeación en resultados sostenibles.

Planear el talento es asegurar que la visión de hoy tenga continuidad mañana. Es dar certeza a las organizaciones, confianza a las personas y rumbo al futuro.


Mariana Patricia Cavazos Avalos: La autora es Ingeniera Industrial y de Sistemas con especialización en Desarrollo de Talento y Liderazgo Organizacional. Actualmente se desempeña como Gerente de Talento y Cultura en Xignux y es asociada e integrante del comité organizador del Foro ERIAC. contacto@eriac.com.mx

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